Esta es la participación de Ale del blog Con el mandil puesto, quien nos comparte esta receta y relato!

Inicia la temporada de la granada, conocida en el reino vegetal como  Punica granatum. Mientras desgrano la fruta recuerdo el antiguo jardín que había en mi casa, lo adornaban diferentes árboles nombrados a continuación:

  • Un árbol de aguacate (el cual nunca se desarrollo).
  • Un árbol de durazno con muy pocos frutos.
  • Un árbol de granada.

Cada que visitaba mi abue la casa, (una vez por semana para ser más exacta), con paciencia revisaba algún cambio en el tamaño de las granadas. Con la ilusión de que la fruta estuviera madura y así poder disfrutar de dicho fruto.

La espera era larga para recolectar la fruta rojiza, la granada presentaba un amplio volumen. Diversas manos servían de voluntarias para desgranar dicha fruta. Terminando aquel proceso meticuloso, la granadarecibía unas cuantas gotas de limón acompañadas con sal y chile piquín.

Cada cucharada era un detonación de sabores ácidos, picantes y salados. Clásicos acompañantes de algunas frutas de este país. Aumento la visita de las abejas y los moscos, a lo cual tuvieron que eliminar todos los árboles para no correr un riesgo mi hermana y yo al jugar por el jardín.

En aquella temporada frutal mi abue aprovechaba, la gran altura de la higuera del vecino Catarino*. Para tomar unos pares de higos, beneficiándose de la corta distancia que había de una ventana de la habitación y la higuera. Sólo le bastaba estirar un poco los brazos y en segundos ella cargaba unos higos dulces. Mi abue tomaba con rapidez los frutos para no levantarle sospechas al viejito.

Cerca de mi casa hay un jardín el cual aloja unas higueras. Cuando inicia la temporada de los higos, durante la tarde nietos acompañan a sus abuelas en busca de los mejores higos. El truco es llegar a una hora apropiada ya que más tarde, no están en tan buenas condiciones los higos. Catarino sigue siendo un hombre amable a sus 95 años de edad, muestra sus machetes reposando en la pared de su patio, destinándolos para la poda de los arboles.

Retome algunos elementos del chile en nogada, resultando un mousse de nogada acompañándolo de granada, tuna, chips de durazno y nuez de castilla dorada. Elemento principal de la nogada y de sabor particular en la dicha salsa.

El postre adopto una consistencia suave. La nogada enfatiza la presencia de la nuez, resultando una textura arenosa sin irritar el paladar, la explosión de la frutas determina contrastes que yo quería mostrar en el postre.

*Conocido entre la familia como “el viejito”.

Ale.

Ingredientes:

crema para batir 300 ml

grenetina 8 grs

agua 16 ml

queso de cabra 50 grs

azúcar aromatizada con vainilla100 grs

nuez de castilla 150 grs + 50 grs

jerez* 30 ml

leche 75 ml

almendra sin piel 50 grs

granada 100 grs

tuna 100 grs

durazno 100 grs

*Emplee Jerez Pedro Ximénez

Procedimiento:

Desgranar la granada.

Cortar en cubos pequeños la tuna.

Precalentar el horno a 150ºC.

Cortar rebanadas de ½ cm del durazno.

Deshidratar el durazno en el horno, hasta que obtengan una textura crujiente.

Dorar los frutos secos en el horno.

Picar 50 grs de la nuez en tiras.

Elaboración:

Licuar la almendra, la nuez, la leche, el queso de cabra y el jerez. Hasta conseguir una textura espesa y tersa.

Batir la crema hasta que doble su tamaño, agregar la nogada incorporándola con movimientos envolventes.

Calentar en el microondas la grenetina junto con el agua. Hasta que disuelvan.

Incorporar rápidamente, la grenetina liquida a la mezcla anterior con movimientos envolventes.

Guardar la mezcla en un recipiente, refrigerar hasta que obtenga una textura más firme.

Servir con la fruta y las nueces.